“El cambio ha sido radical: hemos ganado en seguridad al 100%. Se nota muchísimo cuando entramos en el laboratorio, ya no hay sustancias tóxicas. Antes había un olor muy fuerte a formol, xylol y alcohol. Ahora tenemos un ambiente de trabajo saludable”.
El Hospital Virgen del Castillo apostó por la seguridad cuando hicieron la reforma del laboratorio de anatomía patológica. La adquisición del procesador de tejidos Donatello, junto con la implementación del reactivo Ottix como sustituto no tóxico de xileno y alcoholes, así como los Sistemas Zefiro, han supuesto un cambio radical en el laboratorio. Han sido “un valor añadido en cuanto a la seguridad medioambiental en el trabajo”, afirma el Dr. Fernando Hernández, Jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Virgen del Castillo de Yecla, Murcia.
Unos depósitos con los reactivos entreabiertos, una mesa de tallado completamente artesanal, la saturación de gases de formol, xylol y alcohol, una incorrecta ventilación y un ambiente sobrecargado que rozaba los límites permitidos de formol, convertían este laboratorio en un espacio muy poco seguro para trabajar. “Era irrespirable”, nos comenta el Dr. Hernández.
Una reforma del laboratorio fue el punto y a parte de esta situación. Comenzaron a buscar alternativas para reducir la toxicidad en el laboratorio y aumentar la seguridad de sus trabajadores:
La seguridad fue, sin lugar a dudas, un condicionante en el momento de la elección del Procesador de tejidos Donatello. De hecho, este laboratorio dio un paso más y consideró muy importante el uso del reactivo Ottix como sustituto no tóxico del xyol y los alcoholes.
Muchos procedimientos han cambiado con el uso de un procesador de tejidos completamente cerrado sin manipulación de los depósitos con reactivos.
“Cuando nos propusieron sustituir los reactivos convencionales por Ottix, claro que tuvimos dudas, por eso hicimos pruebas paralelas para comparar el método tradicional con alcohol y xyleno con el método con Ottix”. Los resultados de estas pruebas convencieron al Dr. Hernández: “No vi grandes diferencias morfológicas o de marcadores inmunohistoquímicos a la hora de ver los resultados, solo vi ventajas”.
El verdadero cambio radical se dio cuando el laboratorio adquirió la Mesa de Tallado Zefiro. La mesa de tallado que tenían instalada con anterioridad era completamente artesanal. Por ello, era muy necesario que la próxima tuviera un buen flujo de aspiración y ventilación de formol.
Su anterior mesa era completamente abierta sin sistema de gestión de cambio de filtros. Aunque deberían haber estado trabajando con mascarilla, el Dr. Hernández admite que no siempre era así hasta que se catalogó el formol como un agente cancerígeno.
Antes de la reforma, la exposición de los trabajadores a las sustancias tóxicas era muy elevada. Desde que se comenzó a considerar el formol una sustancia cancerígena, pusieron como prioridad la seguridad de todos los trabajadores del laboratorio. Ellos han sido los primeros beneficiados con la incorporación, no solo de la Mesa de Tallado, sino también de los Armarios y la mesa de recepción de muestras.
Aunque el Dr. Hernández considera que, en algunos momentos, el sistema de cambio de filtros pueda resultar exigente y estricto, admite que por encima de todo está la seguridad de los trabajadores. Este es el mayor elemento de seguridad de la mesa: cuando el filtro está caducado, el sistema de succión se bloquea y no puede usarse cuando no se han cambiado los filtros. “Si no hay filtro, no hay mesa y si no hay mesa, no se trabaja porque te pones en riesgo”, dice el jefe de servicio.
Este sistema no tiene nada que ver con el que tenían anteriormente. Con la mesa de tallado antigua, cambiaban los filtros de la campana de forma completamente intuitiva, ya que no contaban tampoco con ningún contador de horas. “A veces se cambiaban al año, otras veces pasaba mucho más tiempo. También solíamos darle la vuelta a los filtros para que nos duraran más tiempo”, reconoce el Dr. Hernández.
La mampara monitorizada es una de las características de la mesa que destaca el jefe de servicio. Esta mampara puede ponerse a medida para cada patólogo. Se trata de un detalle importante que facilita mucho el trabajo y el día a día en un laboratorio de anatomía patológica.
Tanto los Sistemas Zefiro como el Procesador de tejidos Donatello han supuesto un cambio radical, “hemos ganado en seguridad al 100%”.
Antes de adquirir los Armarios Zefiro para el almacenamiento de muestras, contaban con estantes completamente abiertos con botes emanando formol todo el día. Por su parte, la recepción de muestras se trataba de una mesa auxiliar en el despacho de secretaría. No existía ningún tipo de seguridad ni protección para el personal.
A partir de la categorización del formol como elemento cancerígeno, en este laboratorio tomaron consciencia. Construyeron de nuevo el servicio y encontraron en ICSA los equipos específicos para garantizar seguridad y un ambiente laboral saludable.
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